Armani reinterpreta el clásico look de ejecutivo con nuevos patrones y contrastes que buscan resaltar la figura masculina. Para ello, pone el acento en el cuerpo, con chaquetas de doble pechera, hombros más naturales y dimensiones más cortas.
El diseñador italiano aligera los trajes, con materiales más ligeros pero de aspecto robusto, como cueros perforados o telas de ropa deportiva con un aspecto similar a la lona.
La paleta de colores, Armani vuelve a recurrir a sus clásicos: el blanco, el negro, el beige y el gris. En esta ocasión, los acentúa con pinceladas luminosas de amarillo y verde, especialmente en los complementos.